Seis temporadas después termina una de las mejores series de la historia. Dos días después del doble episodio final empiezo a asimilar la decepción que invadió mi mente y cuerpo.
Nos han hablado de viajes en el tiempo, de palancas que hacen mover una isla, de personajes que no podían envejecer u otros que podían ver o escuchar a los muertos. La mayoría hemos revisionado muchos de los capítulos intentando encontrar señales de los ya famosos números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Charlas y fórums sobre el significado de la estatua de cuatro dedos. Nos gustó que el antagonista fuera un personaje en forma de humo negro. Y podría seguir enumerando un sin fin de acontecimientos que nos han hecho vibrar, reír, llorar, emocionarnos y sobre todo estrujarnos el cerebro para dar un sentido único a esta trama.
La mayoría de incógnitas y tramas no se han cerrado. No me parece mal. Si por alguna razón ha tenido éxito la serie es porque después de cada capítulo la red se llenaba de teorías e hipótesis sobre el desarrollo de la misma. Y los guionistas, de manera muy inteligente, hacían caso a estos mensajes.
El camino ha sido maravilloso pero la cima un engaño, por dos motivos:
- Han dejado de lado a la protagonista esencial de la serie: La isla. Se han dedicado a avasallarnos con escenas melindrosas y tiernas entre las diferentes parejas surgidas durante las seis temporadas.
- Ha pasado de ser una serie sobre ciencia a intentar convertirla en una serie espiritual. Esa escena con los protagonistas sentados en el interior de una iglesia y una luz deslumbrante entrando por la puerta... ¿Perdón? Me parece un final simplón y demasiado básico para lo que han sido estos 5 años. La semejanza entre la realidad paralela y el limbo (o purgatorio) me parece un verdadero insulto.
Pero como a la mayoría de seguidores me queda el consuelo de pensar que " no dejemos que un único capítulo ensucie la grandeza de esta estupendísima serie".
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